Los maristas han iniciado un proceso de transformación y rediseño de sus prácticas educativas habilitando espacio de discusión y análisis, de investigación y reflexión, en procura de instalar, a partir de 2020, un proyecto de innovación pedagógica en los distintos niveles educativos que permita hablar con propiedad de la educación del siglo XXI.
En Educación Inicial la nueva propuesta educativa surge de una mirada diferente de la primera infancia. El abordaje se basa en un enfoque holístico, que contempla desde lo físico, intelectual, emocional y social de los niños, invitándolos a desarrollar de manera intrínseca su motivación, curiosidad y confianza reconociendo al entorno como el tercer educador.
En esta etapa se estarán combinando los programas oficiales vigentes en nuestro país y la inspiración de los Jardines de Infantes de Reggio Emilia, que propone una mirada de la infancia de manera respetuosa hacia sus derechos, sus potencialidades y su cultura.
A nivel de secundaria la intencionalidad pedagógica está centrada en la participación del estudiante en su aprendizaje, permitiendo ello ampliar sus capacidades cognitivas favoreciendo el desarrollo de habilidades y competencias necesarias para este mundo en permanente y acelerado cambio. Ello no significa que se subestimen los contenidos sino que el nuevo enfoque permite la construcción de mapas conceptuales que rompen con la idea de un saber segmentado y obsoleto. La metodología predominante será el aprendizaje basado en proyectos.
El nivel Primaria en el 2020 se ubica en una situación bisagra, en la cual comienza su camino de transformación para congeniar con el nuevo enfoque del nivel inicial como así también con el aprendizaje basado en proyectos desde la propuesta de trabajo colaborativo por parte de los alumnos.
Se parte de la conceptualización que la escuela no es solo un lugar para aprender conocimientos, debe ser un lugar que invite a todos a ser mejor persona en un entorno motivador.
La transformación es escalonada, la concreción de una etapa permite avanzar a la otra, basado en la reflexión y evaluación de lo logrado, por lo que se habla de tres años para lograr la innovación educativa en su punto máximo.
La concientización del cambio se inició en este año con los directivos y docentes, quienes fueron motivados a visionar una nueva educación que los alejara de marcos mentales que los atan a prácticas tradicionales no vigentes en estos nuevos tiempos.
Para ello recibieron jornadas de formación locales y también en Buenos Aires, Pando y Porto Alegre, visitando además centros educativos innovadores tanto de Argentina como de Brasil.
