Investigación de uruguaya busca contribuir a entender las bases moleculares del cáncer

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La investigadora Lucía Canclini, perteneciente al Departamento de Genética del Instituto de Investigaciones Biológicas Clemente Estable del Ministerio de Educación y Cultura (IIBCE-MEC), lidera un proyecto sobre "Epigenética y agregados proteicos en el cáncer de vejiga" con el fin de contribuir a entender las “bases moleculares del cáncer”.


El proyecto está financiado por un Fondo Sectorial entre la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII) y GSK. GSK es una compañía farmacéutica reconocida a nivel mundial que trabaja a través de su iniciativa “Trust in Science” con agencias gubernamentales de financiación, de varios países de América Latina, incluyendo México, Brasil y Argentina, en la búsqueda de soluciones a enfermedades de alta prioridad social.

En Uruguay, GSK Trust in Science ha tenido un modelo de asociación con ANII desde 2017, seleccionando hasta la fecha 5 propuestas de colaboración científica con investigadores en centros de investigación de Uruguay. GSK seleccionó esta propuesta (la primera en el instituto) por ser un proyecto “innovador y elegante en la simplicidad de su diseño con un gran potencial de alto impacto”.

En diálogo con Montevideo Portal, Canclini explicó en qué consiste el estudio y cuáles son sus principales objetivos. “Es importante aclarar que el proceso por el cual una célula se vuelve tumoral, o sea la carcinogénesis, es un proceso multifactorial. En algunos casos este proceso se puede asociar a mutaciones en determinados genes. Sin embargo, una gran cantidad de tumores no tienen genes asociados”, dijo la investigadora.

En ese sentido, expresó que “la información biológica “esta codificada en el ADN contenido en cada célula del cuerpo”. “Esa información (´los genes´) se expresa en forma de ARN y proteínas, pero no se expresa toda. Qué parte de esa información se expresa, cuánto y cuándo es lo que hace de cada célula lo que es. O sea que partiendo del mismo ADN existen células en un organismo que están formadas por la combinación de proteínas diferentes, y esto da lugar a células con distintas apariencias y funciones. Hay diversas formas de controlar la expresión de la información genética. Y ahí llegamos a la epigenética”, agregó.


Canclini señaló que “la epigenética estudia los cambios hereditarios en la expresión de los genes, que se suceden sin que haya variaciones en la secuencia del ADN”. Por otra parte, los amiloides “son agregados de proteínas con una estructura especial. Las proteínas que forman los amiloides son proteínas que cumplían funciones en las células, pero perdieron su forma normal y sana y como consecuencia se pliegan de una manera patológica que genera fibrillas muy compactas y resistentes a ser desarmadas”.

“Los amiloides se asocian a varias enfermedades, principalmente enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer”, acotó.

Hipótesis y objetivos

La científica comentó que su principal hipótesis “es que en las células del cáncer vesical también existen amiloides, algo que no está demostrado”. “Nuestra hipótesis también plantea que estos amiloides estrían formados por proteínas cuya función es mantener a la célula en su estado normal”, aseguró. De esta manera, al estar las proteínas “atrapadas” en una forma amiloide entonces no pueden cumplir su función, sostuvo Canclini.

“La estructura en amiloide puede ser contagiosa (como pasa con los priones), de manera que las proteínas nuevas y sanas que se puedan producir, se pliegan y se incorporan también al amiloide, quedando así también inhibida su función”, añadió. En ese sentido, la investigadora dijo que su “objetivo principal es contribuir al entendimiento de las bases moleculares del cáncer”.

Entonces, en el marco de este proyecto, lo primero que deben demostrar es “que en el cáncer de vejiga existen amiloides (de esto ya tenemos pistas certeras, en realidad, de que sí existen). Luego queremos conocer por cuantas y cuales proteínas están compuestos. Lo siguiente es saber si ese plegamiento amiloide es contagioso”.


Los investigadores tienen modelos de cáncer de vejiga con los que trabajan, por ejemplo, tienen células que se cultivan y “fueron aisladas a partir de tumores de vejiga de pacientes que donaron biopsias de sus tumores para la ciencia”.

“Tenemos varias de estas líneas celulares, que representan diferentes estadios del cáncer vesical. A partir de ellas vamos a purificar los amiloides y mediante distintas técnicas vamos a identificar por cuales proteínas están compuestos. Además, tenemos células normales de vejiga. A estas células les vamos a poner una ´semilla´ de amiloides que saquemos de las células tumorales, y vamos a ver si esas células se transforman de células normales a células tumorales”, explicó Canclini.

El trabajo lo lleva adelante un equipo interdisciplinario de varias instituciones nacionales. La idea y el desarrollo inicial del proyecto lo establecieron en el Instituto Clemente Estable con el Dr. Diego Alem, que ahora está haciendo un post doctorado en Estados Unidos.

La científica sostuvo que en el IIBCE trabaja “con la Licenciada Hany Pazos, que está haciendo su maestría y también contamos con el apoyo de Ricardo Larraya y la Dra. Maria Noel Cuitiño, ambos del IIBCE”. “Participan también los Dres. Francisco Garagorry y Dardo Centurión, del Hospital de Clínicas, los Dres. Ignacio López, Susana Castro-Sowinski y el Mag César Garcia-Laviña de Facultad de Ciencias, y la Dra. Joaquina Farias del Centro Universitario de Tacuarembó”, agregó.

Este proyecto hace preguntas en la frontera del conocimiento y de demostrarse la hipótesis del trabajo, entonces se abrirán nuevos caminos de estudio con una enorme proyección a futuro. “Primero que ayudaríamos a explicar por qué hay genes que se están expresando, pero sus proteínas producto no parecen cumplir su función. Esto puede ayudar a explicar cómo los cánceres evaden el sistema inmunológico y ciertamente influirá en cómo se interpretan los datos bioinformáticos”, dijo Canclini.

“El validar la existencia de ese secuestro de proteínas en una forma amiloide abrirá puertas también a posibles herramientas diagnósticas y farmacológicas en un futuro”, concluyó la científica.  

Fuente: Santiago Magni

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