Lacalle Pou inauguró sede del Instituto Nacional de Vitivinicultura

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El nuevo edificio que albergará al Instituto Nacional de Vitivinicultura (Inavi) demandó una inversión de 1.950.000 dólares. En la oportunidad, el mandatario señaló el objetivo de mejorar el comercio exterior del vino. Además, resaltó la calidad de ese producto nacional y la continuidad generacional en el sector.


“Eso es el Uruguay: tradición, costumbre y valores, pero, sobre todo, un futuro virtuoso”, indicó.

Al acto, realizado este martes 21 en la sede ubicada en Las Piedras, departamento de Canelones, asistieron también la vicepresidenta de la República, Beatriz Argimón; el secretario de Presidencia, Álvaro Delgado; los ministros de Ganadería, Agricultura y Pesca, Fernando Mattos; Ambiente, Adrián Peña, y Transporte y Obras Públicas, José Luis Falero; el presidente del Inavi, Ricardo Cabrera, y el vicepresidente de ese organismo, Oscar Perdomo.

La obra a cargo de los arquitectos Jorge Pérez Huelmo y Paula Miller demandó una inversión de 1.950.000 dólares, incluido el equipamiento. Está situada en un predio de unos 8.240 metros cuadrados y consta de un edificio principal de dos plantas, de 1.600 metros cuadrados, y uno anexo, de 840, destinado a lugar de encuentro.

El enclave dispondrá de salas de capacitación, áreas administrativas y técnicas, depósitos, bodega experimental, laboratorio y un viñedo.

Luego del corte de cinta para inaugurar de forma oficial la infraestructura, y la recorrida por las instalaciones, el mandatario repasó el proceso de concreción del proyecto y destacó el buen manejo de los fondos públicos.

Asimismo, elogió que la construcción sea moderna y disponga de buena iluminación, ya que esto repercute de manera directa en el ámbito laboral diario. “Lo más importante es la gente, sus funcionarios”, expresó.

En su intervención, también ponderó la presencia del directorio del Inavi, que representa la cadena de producción vitivinícola, y de productores de todo el país con diferentes capacidades de elaboración. Además, celebró que muchas bodegas se hayan convertido en establecimientos turísticos. “Es un sector tan variado como bodegas hay”, insistió.

Lacalle Pou manifestó que Uruguay hace muy buen vino, que la gente valora la marca país de esta bebida, pero que hay que trabajar para ampliar la colocación en el extranjero, ya que se cuenta con exceso de stock. “Tenemos que trabajar fuertemente en el comercio exterior”, indicó.

Luego, valoró las historias y vivencias que suceden detrás de cada botella y que, en particular en esta zona del departamento de Canelones, hay muchos productores que se esfuerzan para mantener la calidad y el producto.

“Sabemos que vamos rumbo a otro tipo de reconversión y que allí tiene que estar el Estado”, declaró el presidente, y repasó el apoyo que la UTE y el Banco República brindan a esta rama de actividad. Además, asoció la vitivinicultura con la producción de la granja y reiteró su compromiso para que estos sectores sean exportadores. “Uruguay puede jugar en la cancha grande, porque está probado”, remarcó.

Sobre el cierre, Lacalle Pou alabó la presencia de empresarios y trabajadores jóvenes del sector. “Significa que están orgullosos de lo que hicieron sus antepasados, sus abuelos y padres, y que están pensando que en esta actividad hay una oportunidad de progreso”, concluyó.

Proceso de construcción colectiva

El proyecto de creación de la sede del instituto se remonta a 1987, oportunidad en la que se estableció que se localizaría en la ciudad de Las Piedras. En ese marco, en 2013 se adquirió el predio y el 11 de febrero de 2021 se colocó la piedra fundamental, acto al que también asistió el presidente de la República.

En la oratoria, Mattos identificó la inauguración de las instalaciones del organismo como un sueño cumplido para el sector, lo que representa un antes y un después para la vitivinicultura nacional. Además, señaló que contribuirá a proyectar al país con uno de sus productos emblemáticos.

A continuación, reseñó la historia del Inavi hasta llegar al día de hoy, en que se logró la sede propia, proceso al que catalogó como construcción colectiva de los diferentes gobiernos. También resaltó que Uruguay es un país cuya producción se caracteriza por la alta calidad, como elemento diferenciador, en detrimento del volumen.

La nueva infraestructura “va a ser una carta de presentación de lo que nosotros pretendemos, que la institucionalidad agropecuaria siga un camino de modernidad en cuanto a su reconversión y a su propio funcionamiento”, subrayó.

Adelantó que se conformará un nuevo directorio con representación del Poder Ejecutivo y de los distintos sectores de la vitivinicultura, que deberá diseñar un plan estratégico con un horizonte de 20 o 30 años.

En tanto, Cabrera reveló que para edificar se utilizaron fondos propios, sin recurrir a líneas de crédito ni préstamos que comprometieran al actual ni a futuros equipos de gestión, lo que evitará gastos de alquiler y mantenimiento.

“Esta sede es, en síntesis, la demostración de un sector de la vida nacional que es ejemplo de pujanza y crecimiento”, elogió, y manifestó que pertenece a todos los integrantes de la cadena vitivinícola.

La ceremonia también fue presenciada por los subsecretarios de Industria, Energía y Minería, Walter Verri; de Turismo, Remo Monzeglio, y de Vivienda y Ordenamiento Territorial, Tabaré Hackenbruch; el presidente de la Administración de los Servicios de Salud del Estado, Leonardo Cipriani; el intendente de Canelones, Yamandú Orsi, y la directora nacional de Industrias, Susana Pecoy.

 

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