El jueves 26 de octubre durante la sesión de la Junta, la edil Inés Colina -del Partido Nacional- propuso la inclusión de dos nombres destacados en las calles de la ciudad, rindiendo homenaje a figuras que dejaron una huella indeleble en la cultura y la identidad departamental.
En primer lugar, la Colina propuso que una parte de la calle Instrucciones del Año XIII, que se extiende desde los semáforos de Larrañga hasta la vía, lleve el nombre de Héctor Hugo Albornoz.Fue muy conocido en la escena artística, dedicó más de 50 años de su vida a enriquecer la cultura de Durazno y del país. No solo fue un destacado poeta, con obras como "Barrilete" en 1991 y "Espinillo" en 1997, sino que también colaboró en diarios y revistas tanto en Uruguay como en el extranjero.
Además, Albornoz participó en actividades interdisciplinarias en escuelas públicas y privadas, combinando sus poemas con música y conocimientos en educación visual y plástica. Su versatilidad lo llevó a estudiar cerámica, pintura, dibujo publicitario, humorístico y caricaturas. Su incansable búsqueda lo llevó a trabajar en madera, creando más de 115 esculturas a lo largo de su vida, muchas de las cuales se exhibieron en diferentes lugares del país, incluyendo el Edificio Libertad, la Casa de Gobierno y la Biblioteca Nacional de Uruguay.
Héctor Hugo Albornoz falleció el 6 de marzo de 2020, dejando un legado cultural invaluable, que la comunidad de Durazno desea honrar.
La segunda figura propuesta por la curul nacionalista para integrar al nomenclátor de la Ciudad del Carmen es Washington David Santiago León, quien nació el 30 de marzo de 1934 en Villa del Carmen, Durazno.
Fue un hombre inquieto y travieso en su juventud, pero siempre mantuvo el respeto por los demás. A los 18 años, se trasladó a Montevideo en busca de nuevas oportunidades y, en una visita a Durazno, conoció a quien se convirtió en el amor de su vida y su compañera eterna.
En 1963, Washington Santiago y Mirta Esther Rosas se casaron y construyeron una familia. Durante su vida, Washington pasó por diversas etapas, desde trabajar en un laboratorio en Montevideo hasta asociarse con un amigo para crear una tienda de electrodomésticos en el barrio Colón. Además, fue parte del Clan Los Tigres y posteriormente de la Sociedad Amigos Los Horneros. Su compromiso social lo llevó a participar en el Club de Leones y a ocupar la presidencia del Centro Comercial Colón.
Fue reconocido por su aguerrida perseverancia y su generosidad. Sus valores de honestidad, confianza y lealtad lo convirtieron en un referente para la comunidad. A pesar de las adversidades, siempre mantuvo su alegría y su sentido del humor.
En sus últimos años, tras la muerte de su mamá regresó a su pueblo natal, El Carmen, donde encontró cariño y apoyo por parte de la familia Cardoso, quienes lo adoptaron y acompañaron en su amor y alegría. Logró cumplir su sueño de crear una biblioteca en el MEC y, especialmente, una destinada a los jubilados.
Falleció el 17 de mayo de 2021, dejando un legado de lucha, alegría y generosidad. Sus recuerdos siguen vivos en la comunidad de Durazno, que ahora busca honrar su memoria con una calle en su nombre.
