Este domingo el Uruguay vivirá una autentica demostración de la Democracia y de esperanza ciudadana: consulta del pueblo mediante el voto libre y espontáneo para la elección de nuevas autoridades nacionales.
Los uruguayos debemos sentirnos privilegiados por esta instancia, ya que en el mundo se dan situaciones de arbitrariedad, de desprecio por elementales derechos humanos, con guerras injustas y gobiernos que traicionan las normas de la democracia con torturas y muertes.Nos peguntamos cómo es posible que a tanto tiempo ya de haber nacido las ideas que dieron lugar a los mejores progresos, puedan aún presentarse situaciones de violencia, que hacen temer por el destino del género humano.
La Libertad, el Derecho, la Cultura, supone la práctica de disciplinas morales y espirituales en las cuales los conocimientos atemperan las manifestaciones de los sentimientos y propician las sendas de fraternidad y tolerancia.
La lucha política, principalmente en el enfrentamiento de intereses que las aspiraciones de justicia producen, es una expresión elemental de civilidad, de actitud tolerante que no significa debilidad sino disposición para comprender y capacidad de saber respetar el derecho de los demás.
Siempre es necesario la comprensión de las mayorías y el respeto de las minorías dentro de la ley, con el objetivo de que el espíritu de democracia, con sentido humanitario y en libertad -como el que tenemos en este país- luzca con fuerza y vigor.
Es bueno asumir que la identidad del país viene de lejos, y en ella, marcaron en profundidad sus huellas, prestigiosos estadistas que lucharon para la formación de lo que hoy somos.
No es nuevo que en Uruguay ostentamos prioridad en las luchas principistas por la libertad, por el triunfo de la justicia social, por el desarrollo y el progreso por vía del trabajo.
La democracia nunca será un exceso en este país y pesa mucho en el alma del pueblo. Los ciudadanos en su mayoría, han alcanzado el necesario grado de evolución espiritual y ya razonan con certeza, que no se requiere para nada, ni tutores ni curadores. El pueblo sabe, que el alma nacional cobra conciencia plena de su trascendente significado y se convierte a través de las decisiones del sufragio.
Es oportuno dejar de lado las diferencias y colores, y como hermanos, nos juntemos en fraternidad, intentando un gran abrazo nacional, como símbolo, reflexionando que el país está primero que los intereses ideológicos.
La senda de la verdad en el desarrollo del país y donde está la solución, es encontrar el camino del diálogo y la responsabilidad nacional, uniendo y no dividiendo.
Es bueno remarcar que por el Uruguay corre, desde tiempos muy lejanos, sabia de nobles tradiciones, que ha sido el antídoto para combatir las taimadas y despóticas pretensiones totalitarias.
El domingo será un día de fiesta de la Libertad, donde el alma nacional cobra plena conciencia del trascendente significado de la decisiones del sufragio.
