La historia del cine en el Uruguay. Saúl Piña también opina sobre reciente cierre en Durazno

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Con seguridad la mayoría de los ciudadanos de este país no saben quién fue Félix Oliver. Se trata de un español nacionalizado uruguayo, quien logró una entrevista con Augusto y Luis Lumière, acordando la compra de un equipamiento para la proyección de cine.

El 28 de diciembre de 2018 se cumplirán 123 años que se anunciaba en París, lo que se promocionaba como “el gran espectáculo del siglo". Se trataba de la primera vez que se proyectaba cine, sobre la base de diez películas cortas.

Esta primera exhibición pública tuvo como escenario el Gran Café del 14 Boulevard Des Capucines, donde concurrió un importante número de franceses, algunos de los cuales lo hacían con cierto temor de lo que podría ocurrir. El programa establecía funciones de la tarde, lo que en Durazno recordamos como la vieja “matinée” y de la noche. Oliver que estaba en dicha función concretó negocios con los hermanos Lumière, adquiriendo un proyector cinematográfico y varias películas.

En el contrato se establecía que recibiría en Montevideo las películas que siguieran rodándose. A los seis meses del nacimiento oficial del cine, Oliver de regreso al Uruguay contrató la lujosa sala de baile de la familia Roos; (hoy Museo Romántico), abriendo el primer “biógrafo” del Uruguay. El término deriva de la palabra “Biograph”, que era la empresa constructora de los proyectores que siguieron a los de Lumière.

La sala en Montevideo se llamaba “Cinematographe” y la inauguración oficial se cumplió el 18 de julio de 1896. Desde este inicio fueron muchas las salas de cines que surgieron en Montevideo, lo que luego se fue extendiendo lentamente al interior.

Se destaca la labor de muchos aficionados que no obstante no tener experiencia en la técnica del cine, adquirieron equipos para hacer películas en rollos de 17 metros, lo que equivale a unos dos minutos de proyección, en función de la velocidad que el maquinista ejercía sobre la manivela. Según la historia del cine en nuestro país, la primera película uruguaya fue “Una carrera de ciclismo en el Velódromo de Arroyo Seco”, surgiendo luego nuevos emprendimientos fílmicos, como “Juegos de niñas y fuente del Prado”, “Festejos Patrios del 25 de agosto en el Parque Urbano”,“Un viaje en ferrocarril”, entre otras.

Se destaca la actividad de un especialista francés, Marcel Corbusier, quien rodó buena parte de una serie de documentales como “La Guerra Civil de 1904”. Un capítulo muy especial para una película que resultó todo un icono uruguayo, como fue “El pequeño héroe del Arroyo del Oro”, filmada en Treinta y Tres, en el escenario natural donde ocurrió el trágico hecho, en el seno de una humilde familia campesina. Surgió allí la figura de Dionisio Díaz, que ha sido declarado héroe nacional. Quienes tenemos algunos años, recordamos que esta película era proyectada para los escolares en el Cine “Artigas”, motivando verdaderos ríos de lágrimas, tanto de los docentes como de los niños.

El original de este documento del cine uruguayo fue extraviado, pero a los pocos años fue ubicado en un puesto de la feria de Tristán Narvaja. Bajo la dictadura de Terra, llegó el cine sonoro al Uruguay y la primera película sonora se realizó en el año 1936. Era de ciencia ficción y se llamaba “Dos Destinos”.

El número de películas y documentales realizados en nuestro país es muy elevado, al punto de que Cinemateca tiene un archivo de más de 1.200 filmaciones, siendo un patrimonio cultural del Uruguay que merece más difusión, para conocimiento y valorización de la historia del cine nacional. Son muchas las películas que han logrado destacados lauros en festivales internacionales. Recordamos películas como “El Bella Vista” que fue filmada en nuestra ciudad.

Un especial recuerdo para “El viaje hacia el mar” filmada en 2003 y “El baño del Papa”, que a todos nos cautivó. En Nuestra ciudad nos queda el grato recuerdo de los cines “Español” y “Artigas”, cuya actividad fue muy intensa.

Hoy sigue en actividad el Cine Club cumpliendo una vital función. Lamentablemente clausuró actividades el cine que funcionaba en la Sociedad Italiana, por resolución judicial que la sociedad cuestionó duramente, por tratarse de un retroceso cultural que los duraznenses no nos merecemos.

Todo indica que en dos meses se reactivaría el funcionamiento de esta sala de cine.

Este texto de Saúl Moisés Piña está alojado en Opinión.





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