Las "Llamadas": ejemplo de integración ciudadana. Escribe Saúl Piña
Nuestra ciudad ha sido escenario de una actividad muy particular relacionada con esa expresión popular que tiene gran trascendencia en el pueblo uruguayo: el Carnaval. Hablamos de la 30ª edición de las “Primeras Llamadas del Interior”.
El elevado nivel profesional de las comparsas , la excelente organización, el comportamiento de las miles de personas que dieron el marco apropiado al desfile, y el excelente servicio de seguridad brindado por la policía, hizo de la fiesta un verdadero ejemplo de integración y comportamiento ciudadano.
En estos tiempos cambiantes y de globalización, el Carnaval en este país, constituye la máxima fiesta popular y lo van heredando los padres de los abuelos y los hijos de los padres.
Seguramente será materia de análisis por parte de los sociólogos, investigar cual es el gran secreto de la vigencia del Dios Momo, en un mundo en que cada generación borra sin piedad las costumbres de las anteriores. Así como en muchos pueblos de la antigüedad, el humo era un efectivo sistema de comunicación entre asentamientos humanos, en el África uno de los más viejos medios de trasmitir noticias de pueblo a pueblo, era el sonido de los tambores que en el silencio de las noches atravesaban largas distancias.
Determinado redoble o golpe del tambor anunciaba el nacimiento de un rey, una victoria guerrera o la presencia del hombre blanco.
En Uruguay y en tiempos de la Colonia, los negros esclavos convocaban mediante el llamado de los tambores a sus pares, originándose las “Llamadas”, que es el medio lubolo, mediante el cual se trasmite el mandato ancestral y un mensaje de la raza por medio del tam tam de los tambores.
Las “Llamadas” fueron oficializadas en Montevideo en el año 1956, incluyéndose en el programa oficial de carnaval y con el paso de los años fue creciendo en cuanto a comparsas, adquiriendo un nivel excepcional integrado por la cuerda de tambores, la vestimenta, el cuerpo de baile y las clásicas y simbólicas figuras como el “Gramillero” y la “Mama Vieja” entre otros.
En el año 1990 por impulso de un grupo de viejos carnavaleros y el apoyo de la Administración Municipal, se crearon las “Llamadas” en nuestra ciudad, las que fueron declaradas de Interés Departamental y luego Nacional. Desde hace treinta años la población de Durazno y zonas vecinas, palpita con este evento, que es el primer capítulo de un programa de carnaval que se extiende durante varios días. A lonja y madera con todo el despliegue comparsero que simboliza un rescate a las tradiciones afrouruguayas, las Llamadas convocaron a miles de personas.
Esta actividad, con el paso del tiempo va dejando hombres que pasan a formar parte de la leyenda, que pierden su identidad para transformarse en símbolos, tal es el caso del recordado Pedro “Gallo” Rojas, el hombre que con su esfuerzo y amor por el tamboril, convirtió a Durazno en la Capital Nacional de las Llamadas del Interior, por lo que su nombre es una referencia de hondo simbolismo.
Más allá del sonido del tamboril, el colorido de la vestimenta y el ritmo de la danza, tenemos que rescatar que estas llamadas de Durazno, son un logro genuino de expresión cultural , y que seguramente contribuye al deseo de preservar convivencias pacíficas, fomentando la paz y el sentido de fraternidad , en una fiesta que tiene un profundo contenido de integración social, más allá de todas las artificiales diferencias que algunos pretenden sostener.
Este sentido de igualdad entre los duraznenses, es un capital que bien vale la pena proteger, por cuanto el culto al Dios Momo, nos introduce---al menos por algunos días—en el amplio sendero de la ilusión, un valor que nos ayuda a vivir.-