El monumento a Cristóbal Colón ubicado en la plaza “Independencia” es un símbolo identificatorio de nuestra ciudad. Tenemos el privilegio de que es el único en su género en el Uruguay, identificando además una colectividad que en Durazno fue muy numerosa, siendo de gran forma, responsable - junto con otras corrientes migratorias muy valiosas- de una muy particular formación de amor al trabajo y compromiso con la familia y las cosas del país: la Colectividad Italiana.
Arribaron a estas tierras sin nada material, pero con la gran ilusión de concretar en el Uruguay, el sueño acariciado en sus tierras de origen: una mejor condición de vida para su familia. Además de traer sus costumbres, los inmigrantes participaron en el desarrollo del país y como testimonio funcional son varias las instituciones que aún hoy siguen vigentes en el Uruguay.
En Durazno prevaleció la llegada de italianos y españoles, pero también de sirios, libaneses y franceses, que realizaron importantes aportes en las áreas de la cultura, la gastronomía y fundamentalmente, su compromiso con el trabajo.
El Monumento de plaza “Independencia”, de acuerdo a los historiadores y también de la documentación existente encierra una variedad de misterios y sugerencias, que para los estudiosos, resulta fácil comprobar en los detalles de la obra.
La iniciativa de su construcción fue de la Sociedad Italiana de Mutuo Socorro, con el concurso de la Sociedad Española y la Masonería. En aquel tiempo la Sociedad Italiana era presidida por el doctor Emilio Penza Spinelli, un médico italiano radicado en nuestra ciudad.
El proyecto y la ejecución de la obra fue responsabilidad del Marmolista Genovés Juan Azzarini, Profesor de Dibujo de la Escuela de Artes y Oficios de Montevideo, colaborando en los trabajos los marmolistas venecianos Francisco Poser y Miguel Mori.
La piedra fundamental se colocó el 12 de octubre de 1892 y la inauguración se llevó a cabo el 25 de agosto de 1893, en lo que fue una verdadera fiesta popular, con la presencia de cientos de vecinos.
Un rico simbolismo
El monumento tiene un elevado contenido simbólico. Es una adusta columna romana, asentada sobre una base compuesta por un prisma rectangular y una pirámide truncada, sobre el capitel un paralelepípedo, sobre el que descansa una esfera, que tiene una concavidad interna que albergó durante cien años una caja de plomo, conteniendo un mensaje que fuera abierto, tal como se había dispuesto, en el año 1992. En la oportunidad se colocó una nueva caja, con mensajes para las próximas generaciones ,con la intención de que fuera abierto dentro de cien años.
El proyecto original disponía que la base, así como la esfera se construyera de granito azul, cuatro prismas rectangulares que quiebran las cuatro esquinas de la base, en granito rosado y la columna en granito gris. Gris, azul y rosado: aire, agua y fuego, los tres elementos de la purificación, según lo establecen algunas corrientes filosóficas milenarias.
Se realizó solo en granito gris al no haber el material adecuado en aquel momento. La ubicación del monumento tiene especial significación, y los cuatro ángulos de la base están truncados por cuatro prismas rectangulares que generan ocho puntos más, que sumados a los cuatro puntos de la plaza y de las cuatro esquinas de la escalinata, suman los 16 puntos a rumbo de la Rosa de los Vientos, que sumado a la gran caja de bitácora de Durazno, la Gran Brújula no es solo el espacio, sino también en el tiempo el símbolo del navegante.
La intención de quienes idearon el monumento no era un homenaje al descubrimiento, sino al intrépido navegante que puso proa hacia el misterio del occidente, encontrando un mundo desconocido. El frente del monumento se dirige al Norte, por cuanto es donde mira la brújula, símbolo del rumbo correcto.
Se dice que Colón murió pobre y fue engañado y usado. Luego llegaron los rapaces y lograron beneficios con el descubrimiento del genovés. En el archivo de la Sociedad Italiana se encuentran los documentos originales relacionados con la génesis del proyecto y la nómina de los vecinos de aquel tiempo, que prestaron su colaboración para concretar esta obra de elevado contenido simbólico para los duraznenses.