La educación en el Uruguay. Escribe Saúl Piña
El pasado 8 del presente mes se celebró el “Día Mundial de la Alfabetización”. Se trata de una instancia para que los Gobiernos y la sociedad civil realicen un balance sobre las tasas de la alfabetización y se analicen las posibles soluciones a todo lo que aún falta para obtener un nivel óptimo en la materia.
En el presente año, la significativa fecha tiene como objetivo, expresar solidaridad con las celebraciones del Año Internacional de las Lenguas Indígenas 2019 y el 25º aniversario de la Conferencia Mundial sobre Necesidades Educativas Especiales, en las que se adoptó la “ Declaración de Salamanca” , sobre educación inclusiva.
Un reciente informe señala que el tema de la alfabetización, persiste en el mundo, pero con diversas características en función de cada país, y que en varios, la situación tiene ribetes dramáticos.
No es el caso de Uruguay, que según la UNESCO, la tasa de alfabetización se ubica en el 98,62%.
El informe destaca que la tasa a nivel femenino es superior al masculino, lo que no es habitual. El 98,96 % de las mujeres están alfabetizadas, mientras que en el 98,23, se ubican los hombres.
El Uruguay se encuentra en el puesto 31 en el ranking mundial, en cuanto a la tasa de alfabetización, tratándose de una posición muy aceptable.
En el año 2011, nuestro país subió del puesto 102, que ocupaba desde el año 2006, al 72 en el ranking de países por importe invertido en educación anual, tratándose de un logro importante.
No obstante el incremento de la inversión en el sector de la educación, recientes informes dan cuenta de que el sistema educativo presenta problemas importantes.
En el informe del Instituto Nacional de Evaluación Educativa, correspondiente a los años 2017-2018, se demuestra que los estudiantes uruguayos no están transitando por el sistema educativo, ni egresando, ni logrando objetivos de manera equitativa.
Se suma la ausencia de docentes y el hecho de los abandonos de curso por parte de los estudiantes. En el 2018, el 51% de la población de 23 años abandonó el sistema sin finalizar la educación obligatoria.
El informe oficial señala que el ausentismo docente en primaria e inicial es elevado y el 40% de las faltas corresponde a certificaciones por enfermedad, mientras que las inasistencias por paros llegan al 10%. Hay otros informes que indican un bajo nivel de aprendizaje en lectura, comprensión y matemáticas en Primaria.
En secundaria dicen los expertos, que Uruguay sigue con una matriz francesa, intelectual, literaria y de pensamiento abstracto, cuando ya en países adelantados, se enfatiza lo técnico, las ciencias, los proyectos y el manejo de la realidad vinculados a la producción y al trabajo.
La educación es la base de toda sociedad para el logro de la convivencia armónica. Seguramente es contención de la delincuencia y también de la droga. La instrucción despierta las fuerzas innatas del hombre, y la educación en la recta conducta.
La tarea de los docentes es muy noble, por cuanto tienen la responsabilidad fermental de cultivar espíritus jóvenes, para elevar el pensamiento y encontrar la belleza de la vida.
Una buena educación no generará personas que en el futuro no puedan enfrentar la vida sin la asistencia del Estado porque con esa categoría dejan de ser ciudadanos y pierden la libertad. Es tarea impostergable, que el Uruguay encare con fuerza y vigor, ideas, aportes dinámicos y voluntad, para reverdecer el sistema educativo.