Estiman que la inversión de 40 millones de dólares potenciará reparaciones navales uruguayas, lo que dará respuesta a las necesidades logísticas de la segunda planta de celulosa de la firma finlandesa UPM, que se construye en Pueblo Centenario, en el departamento de Durazno.
La empresa Tsakos Industrias Navales sustituirá en 2022 el actual dique flotante para poder atender barcos tipo Panamax, con capacidad de 5.000 contenedores, y Pospanamax, de 9.000. La inversión en la terminal fluvio-marítima de Montevideo será de unos 40 millones de dólares y la iniciativa permitirá potenciar las reparaciones navales en Uruguay, destacó el presidente de la Administración Nacional de Puertos, Alberto Díaz.
“Destacamos la buena disposición de Tsakos (Industrias Navales) en el mantenimiento de los puestos de trabajo, que responde a la necesidad de que el puerto de Montevideo tenga un centro de reparaciones navales”, expresó Díaz, en referencia al traslado del dique flotante desde el muelle Mántaras hasta el de Florida, de ese recinto portuario, en donde se encuentra en forma provisoria.
Díaz presentó el proyecto de reubicación del nuevo dique flotante junto con el ministro de Transporte y Obras Públicas, Víctor Rossi, y el gerente general de la empresa inversora, Germán Aguirrezabala, en un acto que se realizó en instalaciones de la firma, en el acceso Florida de la terminal portuaria. La iniciativa, responde a las necesidades logísticas de la segunda planta de celulosa de la firma finlandesa UPM que se construye en Pueblo Centenario, en el departamento de Durazno.
En diálogo con la Secretaría de Comunicación Institucional, Díaz explicó que la empresa, a la cual se le renovó la concesión por un período de 30 años, permanecerá en el lugar hasta 2022, cuando finalice la construcción del puerto Capurro. Para entonces, la firma habrá incorporado un nuevo dique flotante de mayores dimensiones que el actual, que fondeará en ese punto situado al oeste de la bahía montevideana. La nueva estructura demandará una inversión de unos 40 millones de dólares.
En el acto, Aguirrezabala adelantó que la nueva estructura tendrá capacidad suficiente para atender buques Panamax e, incluso, Pospanamax, lo cual “nos permitirá volver a convertirnos en el puerto de América del sur con la mayor capacidad y calidad de reparaciones”, remarcó. El dique flotante recibirá, mayoritariamente, a pesqueros nacionales y extranjeros y, en menor cantidad, a graneleros, portacontenedores y dragas.
“El 95% de nuestros clientes son extranjeros y el 80 % de nuestro presupuesto es mano de obra uruguaya”, apuntó el ejecutivo. “Aquí se privilegia lo artesanal a lo robotizado”, complementó.
La necesidad de poner en forma periódica un buque en seco se debe a la necesidad de acceder a aquella parte que usualmente permanece sumergida, denominada “obra viva” o “carena”, con el fin de inspeccionarla y, si es necesario, efectuar reparaciones: lavado, granallado y pintura, cambio de chapas y estructuras de acero, trabajos de mecánica, electricidad y electrónica, entre otros, ilustró la empresa en un comunicado.