El valor de la Democracia. Escribe Saúl Piña

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El 26 de octubre de 1946 se dio a conocer lo que se conoce como “Las Sentencias de Núremberg”, que fueron dictadas por un tribunal interaliado, sobre la responsabilidad por crímenes de guerra y contra la humanidad, de los principales dirigentes nazis que fueron prisioneros al producirse el derrumbe de la loca aventura encabezada por Hitler. 

Las sentencias establecieron once penas de muerte, ocho de prisión-de las cuales tres fueron perpetuas, y tres absoluciones.

Núremberg, había sido escenario de grandes concentraciones y fastuosos despliegues militares, que caracterizaban a la horrenda liturgia del nazismo. Fue en el Palacio de Justicia de esta ciudad, donde se efectuó el juicio.

Han transcurrido setenta y tres años de aquel trascendental hecho, pero su evocación no implica olvido del rechazo a la pena de muerte. Sirve si como oportunidad propicia sobre lo fugaz de todo lo que pretenda asentarse en la violencia y en el cultivo de las pasiones y apetencias más bajas del hombre. Los uruguayos conocemos el panorama de crisis institucional y las graves consecuencias que ello heredó, promoviendo grietas sociales, que resulta impostergable solucionar.

Es oportuno recordar los horrores y barbaridades cometidas por quienes seguían la ideología de Hitler. Fueron miles los ciudadanos que murieron en campos de concentración, los que fueron eliminados utilizándose los métodos más crueles que se puedan imaginar, y poniendo en juego procedimientos satánicos, para adueñarse del poder, avasallando primero a Austria y Checoslovaquia, desatando finalmente, la guerra en la que lograron someter a la casi totalidad de la Europa Continental.

El área del dominio del Tercer Reich cubría, a fines de 1941, desde el Atlántico hasta el Cáucaso, y desde el Cabo Norte en el Ártico, hasta el desierto de Libia, en África.SE estima que esta inmensa extensión, comprendía un 25% de los recursos del mundo. La guerra duró tres años, provocando millones de muertes de seres humanos, la mayoría de los cuales no sabían los motivos de Hitler y sus secuaces.

En 1945 se produjo la rendición incondicional y las tropas invasoras fueron totalmente reducidas.

Pero si es oportuno recordar estos aberrantes hechos protagonizados por Hitler, cabe recordar el accionar de otras ideologías, que también integran el horror con sus hechos y fueron un azote en el mundo. El Parlamento Europeo, el pasado 19 de setiembre, adoptó una resolución de gran significación histórica, que equipara al régimen comunista con el nazi ya que ambos, dicen: “cometieron asesinatos en masa, genocidios y deportaciones y fueron los causantes de una pérdida de vidas humanas y de libertad en el siglo XX a una escala hasta entones nunca vista en la historia de la humanidad”.

El Parlamento Europeo solicita a todos los Estados miembros “que hagan una evaluación clara y basada en principios, de los crímenes y actos de agresión perpetrados por los regímenes comunistas y el régimen nazi. Se condena toda propagación de ideologías totalitarias, como el nazismo y el estalinismo, solicitando la conmemoración el 23 de agosto como el Día Europeo Conmemorativo de las Victimas del Estalinismo y el Nazismo a escala mundial, y que se sensibilice a las nuevas generaciones respecto a estas cuestiones”.

El régimen nazi de Hitler provocó La Segunda Guerra Mundial cobrando la vida de entre 50 y 70 millones de personas. Se estima que la izquierda revolucionaria del comunismo lleva más de 200 millones de víctimas. En Rusia se eliminaron 20 millones, en la República Popular China, 65 millones y en Cuba, casi cien mil personas.

Los uruguayos hemos dado una lección de democracia el pasado domingo 27, lo que abre el campo para brillantes sueños de futuro y para auspiciosas realidades, que como en el pasado, nos brindarán etapas de civismo, de conquistas para el progreso y de realizaciones para el reencuentro y el bienestar colectivo, en el marco de una estabilidad política, que nos proteja a todos del terror del totalitarismo.



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