Una nueva batalla. Escribe Saúl Piña
Como ciudadano común sentimos en profundidad los problemas que la sociedad actual enfrenta y acompañamos las inquietudes de aquellos vecinos, que apuestan con seriedad en el porvenir del país.
Nos debe llenar de alegría y optimismo, cuando vemos la apertura de un nuevo local comercial en nuestra ciudad, pero también, nos llena de dolor cuando se cierran las puertas de emprendimientos, cuyos titulares han depositado toda su confianza y esperanzas en un tiempo mejor.
Hoy vivimos una situación de extrema dificultad, ante la presencia del Covid-19, que ha causado un grave problema sanitario, pero también laboral, cuyos resultados son difíciles de pronosticar. El Estado debe paliar la situación otorgando seguros de paro y otro tipo de beneficios, con el objetivo de contemplar el grave panorama social que se enfrenta.
Se agrega que en el año 2019, se registró el peor resultado fiscal de las últimas tres décadas, sumándose el hecho de que hay 25.000 pobres más que en el año 2018. El informe que acompaña la Rendición de Cuentas, que será considerado en breve, establece números en rojo de 1.800 millones de dólares, lo que supone el 5,1% del Producto Interno Bruto.
Un reciente informe establece que producto de la pandemia, se provocará el cierre de 2.7 millones de empresas formales en Latinoamérica, la mayoría microempresas, lo que implicará la destrucción de 8,5 millones de empleos. Este panorama también comprende al Uruguay y no es el momento de establecer quién tiene la solución, si la derecha o la izquierda, un viejo concepto hábilmente utilizado por algunas corrientes políticas, que ya no tiene vigencia y que nació en Francia, cuando la revolución que derrocó a la monarquía.
Son estos tiempos de compromiso colectivo con los reales problemas del Uruguay, dejando a un lado los discursos de odio que paradojalmente predican paz, y la discriminación que persigue la inclusión, en una especie de trampolín que tiene otros objetivos.
Es curioso escuchar como algunos expresan que determinado partido defiende los trabajadores y otro los patrones .Del trabajo en armonía y con buenas intenciones, de obreros y empresarios, surgirá la herramienta que nos indicará la senda correcta para ingresar en la etapa de recuperación. Debemos tener fe y optimismo, fortalecidos por las tradiciones cívicas que nos vienen de lejos en la corta pero rica historia del país. Hay uruguayos que saldrán potenciados de esta crisis,y que seguirán apostando al futuro del Uruguay, desafiando el daño que provoca la pobreza espiritual, que es mucho más grave que la económica.
Este país es escenario del patrimonio republicano que heredamos de Artigas, y que ha sido fortalecido con la inspiración de hombres de gran estatura cívica, pertenecientes a todos los partidos.-Seguro estamos que el hoy es solo un episodio y un punto en la historia.
Una nueva batalla que ganaremos con nuestras propias fuerzas.
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