Segunda Guerra Mundial. Un aniversario para la reflexión. Escribe Saúl Piña

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Hay acontecimientos en la historia de la humanidad que resulta vital recordar, sobre todo aquellos que han traído horror, desolación y  muerte a los pueblos. 

No es bueno vivir en el pasado, pero la experiencia en la vida de los hombres y de los pueblos es una muy buena herramienta, para encarar los aconteceres que la vida depara.

La crisis mundial que se enfrenta por la presencia del Covid-19, hizo caer en el olvido, un hecho que marcó el destino de los pueblos. Los antecedentes históricos indican dos fechas como el inicio de un trágico error de los seres humanos.

Algunos indican el 1ro de agosto de 1939, mientras que otros lo fijan como el 1ro de setiembre. Se trata del inicio de un insensato enfrentamiento bélico, que involucró el género humano y que la historia rotuló como la Segunda Guerra Mundial.

En el principio, se estimó que el conflicto era temporal, al punto de que algunos observadores lo calificaban como una “aventura guerrera” o una “expedición”, que tendría un rápido desenlace, en el que cada bando confiaba obtener la victoria con facilidad.

Era notorio que los soldados iban al frente sonriente y con una flor en la boca del caño del fusil, lo que parecía una aventura romántica. La realidad fue muy otra y el conflicto se extendió durante cuatro años, involucrando 28 Estados en todo el mundo, por más que el foco de las acciones se centraron en Europa.

El saldo fue de millones de muertos, la mayoría de los cuales no sabía los objetivos del enfrentamiento. Se suman los millones de dólares en pérdidas materiales, provocando la destrucción de varios países. Más de una generación se vio afectada por aquella locura destructora, producto del desequilibrio mental y el apetito de poder y el fanatismo de un ser con perfil asesino: Adolfo Hitler.

INFLUENCIA EN URUGUAY

La Segunda Guerra tuvo influencia directa sobre el Uruguay, al punto que tanto Estados Unidos de América como Inglaterra, cumplían operaciones de inteligencia en nuestro territorio y el gobierno uruguayo era presionado; lo que motivó la creación de una Comisión Investigadora, para analizar denuncias de una posible conspiración de nazis uruguayos.

Se hacían, además, ensayos de oscurecimiento y medidas de protección por bombardeos, lo que causaba temor en la población, promoviendo una especie de sicosis de guerra en algunos vecinos. En varios barrios de Montevideo se crearon los denominados “Grupos de Defensa Pasiva”, para detectar sospechosos de actividades nazis.

Nuestra ciudad fue escenario de un lamentable hecho donde perdió la vida un vecino, en un acontecimiento que se decía, tenía perfil de apoyo a Hitler.

Han pasado muchos años desde aquel error humano y sin embargo esa experiencia no ha sido aprendida y hoy, el poder de destrucción es absoluto y ese objetivo básico de todo ser viviente como es la paz, no ha sido posible lograrlo.

No se puede lograr la armonía entre los hombres, en un mundo en que las naciones se ubican en espectro que abarca los primeros planos de la omnipotencia económica y los oscuros niveles del subdesarrollo. La paz está en función directa del bienestar de los pueblos, y sin ella el equilibrio del mundo está al borde del caos total.

Estos son tiempos de reflexión y echar una mirada al pasado, y ver qué ocurrió con nuestros antecesores, que no fueron capaces de impedir el desborde que promovió tanto dolor y muerte.

Solamente reafirmando la cadena mundial de la fraternidad, la humanidad se ahorrará el tremendo costo que acarrea cuando el hombre combate al hombre.

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