Recordando un "caudillo del pueblo": Escribe Saúl Piña

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En lo filosófico, en lo social y sobre todo en los planos de la actividad política, cuentan mucho más los hechos concretos, sencillos, básicos y envueltos en la verdad que otorga el cotidiano trabajo y el servicio a los semejantes, que los alardes y las promesas que luego no se concretan.

Los valores del pueblo uruguayo, responden a las tradiciones que nos legaron ciudadanos que pusieron ideales, alma, familia y mucho trabajo, en lo que bien se podría denominar como cultura democrática. 

La historia que es buena consejera, cubre por completo con el olvido, aquellos personajes que pretendieron hacer historia con demagogia, altanería y vanidades terrenales. 

En cambio los ciudadanos que demostraron voluntad, amor por sus semejantes y sobre todo humildad en sus actos de vida, han quedado en el mejor recuerdo de los pueblos, más allá de que sus nombres no figuren en el nomenclátor o en los títulos periodísticos.

En Durazno tenemos el ejemplo de vecinos que más allá de su profesión o posición social, fueron sembrando en el curso de su vida, semillas de elevada fertilidad.

Recordaremos hoy la memoria de un ser humano muy especial, que le otorgó prestigio al Partido Colorado en Durazno: Emilio Benjamín Ferreira Dorado, más conocido como “El Indio”. Nació en un hogar muy humilde y su madre falleció cuando era muy joven, dejando once hijos.

El desafío de la vida era grande y la única herramienta para superar la situación era el trabajo. Apenas sabiendo leer y escribir se trasladó al medio rural, desempeñándose en labores propias del campo. 

En el año 1943 ingresó a la Intendencia Municipal, desempeñando tareas en el vivero, donde merced a su disciplina, conocimientos y responsabilidad, fue designado como encargado del sector forestal. 
Con gran esfuerzo logró con el apoyo de su esposa María Delia Ruiz, concretar el acariciado sueño de la casa propia; una finca ubicada en calle Artigas y San Martín, donde pasó a residir el matrimonio y sus dos hijos: Emilio y Eduardo.

En el año 1938 había ingresado en la política, acompañando al doctor Huáscar Parallada, y a otros dirigentes de prestigio como Jorge De La Torre y el doctor Humberto Andreoli, militando en la histórica Lista 15. 

Visitaban su casa dirigentes como Jorge Batlle, Sanguinetti ,Tarigo y Michelini, entre otros referentes nacionales. Emilio tenía un gran valor personal en el escenario de sus compañeros municipales, participando intensamente en las actividades gremiales, en el logro de mayores beneficios para los funcionarios. Cuando cayó enfermo, sufrió la injusticia de algunos que debieron estar cuando su salud se quebraba.

Falleció con 67 años el 7 de octubre de 1985, dejando un valioso ejemplo de servicio al semejante, de honestidad civil y de fidelidad hacia su querido Batllismo. 

Destacar su manera de vivir la vida de manera sencilla, ejerciendo con sabiduría el arte de la política con amor y compromiso, poniendo énfasis en los valores del espíritu y reafirmando con sus actos, que todo dirigente debe tener conocimiento claro, de que la función política, carece de sentido cuando no tiene por finalidad la dignidad del hombre y el amor al semejante.

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