Dos curules le hincaron el diente al tema de los animales sueltos en el departamento de Durazno y la necesidad de establecer normas elementales para atender los reclamos que plantean los vecinos. Pero también quieren flexibilidad.
Marcelo Luján (PC) se refirió a un hecho ocurrido en Sarandí del Yí recientemente: un caballo estaba en un predio privado y eso motivó una denuncia. Después al dueño del equino (Sr. Silva) se le hizo cuesta arriba pagar la multa del MGAP para recuperar el pingo, el que es vital para un trabajo que es único sustento de su familia.
Luján entiende que se podría haber ido a hablar con el dueño del equino a efectos de que retirara el ejemplar del predio particular “y no perjudicarlo”.
El caso avivó la problemática que existe en torno a la tenencia de animales y la responsabilidad que le cabe a sus tenedores.
En la misma línea se expresó el curul Andrés Pereyra (PN), quien dijo que no se puede “ejecutar” a un vecino que trabaja con un animal.
En ese marco pidió crear en el Municipio la Sección “Salubridad e Higiene” con funcionarios que cumplan la tarea de Guardias Sanitarios, con atribuciones para controlar los animales en la ciudad de Sarandí del Yí.
La idea es legislar en este tema pero poniendo sensibilidad a la hora de proceder, porque pueden darse situaciones como la descrita que perjudican a vecinos trabajadores.
La iniciativa de Pereyra -destinada al Municipio e IDD- prevé antes del secuestro de un animal: primero notificar, segundo apercibimiento de multa, y tercero apercibimiento y multa. No obstante, el legislador reconoce (y así lo dijo en sesión de la JDD del viernes 21 de mayo) que los animales sueltos dañan quintas, jardines y en algunos casos ponen en riesgo la seguridad de las personas.
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