Seguramente los uruguayos no tenemos mucha idea el grado de influencia que la cultura italiana ha tenido en el Uruguay.
El fenómeno de los inmigrantes ocurrió en toda Latinoamérica, pero en nuestro país tiene especiales características, por cuanto aquí no vinieron a superponerse a otra cultura como ocurrió por ejemplo en México, sino que su llegada resultó un muy positivo aporte al desarrollo general del país.
La historia señala que en la década de 1920 ingresaron 197.000 personas, de las cuales la mayoría eran italianos. En Durazno fue importante el número de familias que se radicaron, junto con otras provenientes de España, Siria, Líbano y Francia. Llegaron con el firme propósito de trabajar duro y con gran responsabilidad, incorporando sangre, cultura, vocación por la libertad y familia, contribuyendo a dar fisonomía vigorosa y particular a la nacionalidad forjada por Artigas.
En el año 1881 se fundó la Sociedad Italiana de Mutuo Socorro, cuya sede se mantiene como un símbolo vivo, de aquellas familias italianas que en otro continente acariciaron el sueño de progreso y felicidad, que lograron materializar en estas tierras de América, y legando para sus hijos el compromiso con el trabajo y el esfuerzo personal.
Este 2 de junio se celebra la Fiesta de la República Italiana, conmemorando, el referéndum popular de 1946, cuando por sufragio universal los ciudadanos italianos fueron convocados para decidir qué manera de gobierno (monarquía o república) querían para su país tras la Segunda Guerra Mundial y la caída del fascismo. Luego de 85 años de monarquía y en función de lo que determinó la votación, Italia se convirtió en República, y los reyes de la casa de Saboya fueron desposeídos del poder y exiliados. Es oportuno recordar un ciudadano italiano universal que tuvo una vinculación de gloria con el Uruguay.
Nos referimos a José Garibaldi quien nació también un 2 de junio pero de 1807 en Niza. Político y militar que tuvo estrecha participación en las ideas y luchas republicanas de América y Europa. Era conocido como el “Héroe de los dos mundos”, una especie de aventurado y romántico, que caracterizó su vida de no depender de los complejos intereses políticos.
Supo siempre priorizar su espíritu liberal y republicano, su amor por la causa de la libertad. Llegó a Montevideo en 1811, donde formó una legión de 500 italianos residentes, actuando como marino y soldado del Gobierno de la Defensa, presidido por Joaquín Suarez. Garibaldi siempre estuvo de pie y a la orden, en defensa de la libertad y la fraternidad entre los hombres, siendo un auténtico luchador por las nobles causas de los ciudadanos.
Es bueno valorar el patrimonio cultural que nos legaron los inmigrantes de los diversos países, porque cuanto más conozcamos de nuestro pasado, más podremos interpretar nuestra naturaleza y nuestra auténtica identidad de orientales.
Sería una buena iniciativa, que en el marco de la celebración de los 200 años de la fundación de nuestra ciudad, se designara un espacio con la denominación de “Plaza de los Inmigrantes”.
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