La Dirección de Desarrollo Rural del MGAP impulsa políticas de apoyo, y visibilización de los jóvenes rurales. Más allá del llamado “La Bujía”, que estuvo destinado a propuestas productivas de la juventud rural, recientemente se dispuso de una herramienta “Nuestro tiempo es ahora”, que básicamente son fondos que promueven la participación, el encuentro, la visibilización de las juventudes rurales y su reconocimiento.
Estos fondos se dispusieron para realizar encuentros locales y departamentales de jóvenes en diversas zonas del país. De esta manera se busca escuchar la voz de las juventudes y conocer sus sueños y expectativas.
En Durazno y Salto las actividades tuvieron lugar el pasado 21 de agosto.
En Durazno se realizó un encuentro en la Liga del Trabajo del Carmen, en Villa del Carmen, en el que participaron jóvenes del Liceo Rural de San Jorge, jóvenes del Carmen, de Batoví, de Paso de la Cadena, de Blanquillo y de Antonio Herrera.
En el departamento de Durazno, donde funcionan tres Agentes Territoriales de Desarrollo Rural (ATDR), se planteó a estas organizaciones la idea de realizar un encuentro y la Liga de Trabajo del Carmen fue la ATDR que propuso la actividad. Además hubo articulación interinstitucional. El INJU y la Intendencia de Durazno apoyaron con fondos para el traslado de los jóvenes.
La organización del encuentro estuvo a cargo de la Liga del Carmen, con apoyo del Equipo de Desarrollo Rural y el referente del INJU. Participaron 20 jóvenes y 18 adultos entre directiva, técnicos y otros referentes.
La primera actividad estuvo a cargo de la Técnica Social (como aporte de la Liga). Se hizo una dinámica de presentación, luego se hicieron actividades lúdicas de interacción y por último se planteó un taller para abordar las fortalezas y debilidades de vivir en el medio rural, qué aportes tienen los Jóvenes para estas limitantes, y qué aportes esperan de las instituciones.
Se compartió un almuerzo donde se destacó la participación de integrantes de la directiva en la elaboración del menú. Hubo sorteos y premios y por la tarde, un taller de danza, taller de talentos entre los jóvenes, y para finalizar la actividad actuó el Grupo de Danzas Primero Oriental.
Rafael González tiene 19 años y es de San Jorge, un pueblo que queda a 100 kilómetros de la ciudad de Durazno. Si bien este año no está estudiando, el año próximo piensa empezar Magisterio. Toda su vida ha vivido en el campo, trabajando en la tierra. Cuenta que disfrutó mucho del encuentro: “Hicimos juegos para conocernos, saber qué nos gusta del campo... Estuvo muy bueno, la energía que había entre todos los gurises, que teníamos en común vivir en el campo... estuvo bueno”.
“El tema que me llevé de reflexión fue un juego que hicimos sobre qué teníamos nosotros para ofrecer para cambiar algo... teníamos que buscar cualidades nuestras que tuviéramos para emprender. Eso me hizo pensar mucho”, cuenta.
“Como joven rural, lo más preocupante es que el campo quede aislado. Por ejemplo, al ser San Jorge un pueblo muy alejado de la ciudad, la gente tiene que viajar para hacer trámites; el campo está quedando cada vez más aislado y eso me preocupa, que no lleguen todos los medios”, dice el joven.
En Salto
Se realizó un taller de intercambio recreativo con jóvenes de la agricultura familiar, con el objetivo de promover que los jóvenes visualizaran de qué forma las SFR pueden contribuir a lograr sus objetivos personales y colectivos y generar integración.
La actividad se realizó en la sede de SFR Colonia Osimani y Llerena y participaron jóvenes de esta Colonia, de Colonia Gestido y de Colonia 18 de Julio.
Daniela Pereyra fue una de las jóvenes participantes del taller. Tiene 23 años, es nieta e hija de colonos y en junio accedió a una fracción de Colonización, donde vive con su esposo y su hijo. Está vinculada a la Sociedad de Fomento Rural Colonia Gestido, de Salto. Junto a su esposo se dedica a la horticultura y tienen algo de ganadería.
En el grupo de jóvenes en el que participa encontraron como principal problemática la falta de tierra para jóvenes. “En todas las colonias se dio el planteo de esa misma problemática. Todos quieren acceder a tierras porque en los predios donde están, que eran de sus abuelos y algunos de sus padres, se están volviendo muy pequeños a medida que se siguen repartiendo”. Otro tema que se planteó fue vinculado a la caminería rural.
“Lo que más me preocupa como joven rural es que los jóvenes tengamos que migrar desde el campo hacia la ciudad; realmente lo que sabemos hacer es trabajar en la tierra y nos preocupa no tener acceso a ella”, sostiene la joven.