Un vehículo del año 1929, que está como de fábrica 92 años después, es la clave de un servicio para fiestas que se abrió paso en Durazno en pleno tiempo de emprendimientos digitales.
La cachila fue adquirida en Canelones hace 12 años, a quienes fueron sus primeros dueños. Estuvo 25 años guardada en un galpón sobre unos tacos, comenta Luzardo, que -además- comparte una anécdota muy curiosa sobre el día que fue con amigos a comprarla.
Este vehículo, que ha paseado a muchísimos duraznenses en oportunidad de celebraciones familiares, conserva características que generan nostalgia: la caja es de tres cambios (más reversa), hace 8 kilómetros con un litro de nafta y puede desarrollar una velocidad de 80 por hora, aunque se usa siempre despacio. La pintura es nueva, así como el tapizado (sólo le colocaron un alternador para la batería a efectos de que anden las luces). El resto es de fábrica. Como es muy antigua no paga patente pero sí seguro.
No todos pueden entender el vehículo, de ahí que varias personas dan una mano con el service de la Ford A modelo 1929. So riesgo de olvidarse de alguien Alfonso agradece a las familias Castro (mecánica), Mansilla (pintura), Mederos (tapizado), entre otras.
