Nunca trabajó en radio ni estudió locución. Pero conoce aspectos del oficio como si fuera parte del mismo. “A veces las imitaciones no me salen muy bien”, confiesa; pero nosotros observamos que su habilidad no se limita solo a imitar, también recuerda -con envidiable precisión- frases de hace décadas dichas por colegas uruguayos.
La memoria de Cardone es una suerte de museo viviente de voces, donde conviven las más representativas de su mundo sonoro. No sólo recuerda e imita diversas voces, también lo hace sin mirar ningún papel. Sabe qué dijo cada locutor desde el año 1987 a la fecha. Basta decir el nombre de un locutor y se abre en su mente un archivo de audio pronto para reproducir. Repite intervenciones que los locutores tuvieron durante emisiones radiales o eventos folclóricos.
La casa donde vive es una construcción antigua, donde el mobiliario, los cuadros y los equipos de audio, evocan los años 60, pero aún así siguen funcionando. También la tecnología tiene un espacio para la búsqueda de podcast radiales, los que Cardone guarda en una playlist o los lleva en un reproductor más moderno.
