En un contexto de un fuerte incremento internacional de los combustibles, impulsado por la guerra entre Rusia y Ucrania, el Poder Ejecutivo decidió reducir el impacto a un 2% de ajuste para las naftas, el gasoil y el supergás. La referencia de la Unidad Reguladora de los Servicios de Energía y Agua (Ursea) indicaba aumentos de entre 5% y 8%.
En una rueda de prensa, este lunes 28, el ministro de Industria, Energía y Minería, Omar Paganini, señaló que se está en un momento de mucha volatilidad y que, cuando se toman decisiones, “hay que tomarlas con mucha prudencia y no proyectar el máximo del aumento”.
Agregó que luego se puede monitorear, ver cómo evoluciona y analizar si la tendencia se consolida o la situación se normaliza, se recupera el diálogo entre las partes y se logra la paz, lo que permitiría que el costo del petróleo volviera a un cauce.
El secretario de Estado añadió que el precio del combustible se disparó a 95 dólares, por encima del promedio de la Ursea para el mes, que era 84 dólares.
Destacó que se sabe el impacto de esto para la ciudadanía y que por eso se trató de hacer un ajuste para mitigarlo. Insistió en que el monto fijado es el menor que se podía determinar. Aclaró que la caja de Ancap está bien y que por eso se pudo decidir con base en un criterio técnico, lo que consideró lo más responsable.
En un comunicado, el Poder Ejecutivo ratificó que continuará actuando con prudencia y evaluando la situación frente a la actual volatilidad de los mercados, al tiempo que confirmó su compromiso de seguir transparentando los costos a través del mecanismo de fijación de precios actual, lo que constituye, asimismo, un techo para que las tarifas públicas no sean utilizadas con fines recaudatorios.