Desde 2020, se reconoce el 4 de marzo como el Día Mundial para concientizar sobre lo que implica y el alcance que tiene. Según la página World Obesity Day afecta a 800 millones de personas.
El exceso de peso es un factor de riesgo para desarrollar diabetes, colesterol, hígado graso, cáncer, alteraciones emocionales, patologías osteoarticulares, entre otras.
La reducción del peso está asociada a los buenos hábitos, alimentarios, actividad física y correcta higiene de sueño.
La presidenta de la Sociedad Uruguaya para el Estudio de la Obesidad, Adela González Barnech, llama a no estigmatizar a los pacientes obesos y generar condiciones en los centros asistenciales para evitar la discriminación.
“Los pacientes que tienen obesidad tienen también un estigma, porque se van a atender y no tienen un resonador para el peso que pueden llegar a tener”, dijo González Barnech. “No tienen una silla de rueda que lo pueda trasladar, están en la cama y para moverlos es un con guinche. Desde que van a la consulta y la silla tiene posabrazos. A una persona que tiene obesidad, el profesional no puede ofrecerle al paciente una silla que tiene posabrazos”, añadió.
La persona con obesidad tiene dificultades para hacer actividades y tareas cotidianas; por ejemplo, atarse los cordones o caminar unos pasos. Perder la autonomía los angustia y los hace sentir que no son capaces.
La profesional recalca que la obesidad es una enfermedad como otra que requiere un control a corto plazo.
“Comer sano no adelgaza. Está muy bien, pero no adelgaza al paciente. El paciente puede comer sano y engordar, porque tiene una patología”, subrayó.
Fuente: Subrayado