El consumidor instruido del siglo XXI. Escribe Alejandro Guerrero – Escribano Público

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El paradigma moderno de producción física de bienes y de provisión de bienes a consumidores se da a criterios del mercado mundial. La totalidad de los países del planeta Tierra, salvo algunas excepciones, legislan toda la asignación de bienes y recursos que se distribuyen con criterios económicos de mercado. Esto quiere decir que todo lo que hacemos los consumidores es en base a relaciones de mercado, es decir, oferta y demanda, para procurar la satisfacción de necesidades básicas, como comida, vestimenta, higiene, educación, etc.

Por eso es tan importante la educación para el consumidor con independencia de los marcos regulatorios que también son importantes. La educación para el consumo deviene fundamental, ya la legislación nos dice a texto expreso que se debe informar correctamente, como lo dice el artículo 6 literal C de la Ley 17.250 de Relaciones de Consumo; además de esto es importante que el consumidor tenga la educación y el conocimiento suficiente para entender la información. 

La ley obliga a los proveedores a informar, ya sea en un contrato, rótulo o manual, esto nos permite poder reflexionar sobre el alcance que puede tener un producto, el daño potencial o la influencia que puede tener en la vida diaria o en nuestra salud.

El consumidor debe ser un sujeto formado e informado que pueda hacer una elección correcta e inteligente. Tenemos que conjugar información, una buena regulación y una eficaz protección por parte de los organismos gubernamentales de control.

Es fundamental la educación de los consumidores, máxime en los últimos 50 años, teniendo en cuenta los avances tecnológicos, la publicidad, el mercadeo, las plataformas digitales, etc.; el comercio impone nuevos desafíos para los consumidores y si no estamos actualizados no vamos a poder realizar una opción de compra inteligente o nos vamos a ver perjudicados.

La relación no es simétrica, ya que el consumidor se encuentra en una hipo insuficiencia negocial, sobre todo teniendo en cuenta los tipos contractuales donde hoy en dia se generan más reclamos, ellos son los de muto o préstamo de dinero, las tarjetas de crédito, los contratos de seguro, los contratos de telefonía móvil, entre otros; la mayoría de ellos son de adhesión o también llamados pre redactados, donde el consumidor no tiene la posibilidad de negociar los términos, solo da un mero asentimiento porque los términos son impuestos por el proveedor y esto genera una desigualdad, es por ello que la legislación es tuitiva, es decir que equipara la relación entre consumidor y proveedor. 

En contratos un poco más específicos o elaborados como el caso de un mutuo con garantía prendaria o hipotecaria la protección debe ser mayor aún, porque es mayor el compromiso, la inversión y el riesgo para el consumidor y es en estos casos donde muchas veces se nota y a veces de la peor forma la deficiente educación y formación que existe al respecto, sobre todo en temas tan sensibles como el sobre-endeudamiento, que afecta a gran parte de la sociedad uruguaya. 

Educarnos para una buena salud


En el caso del consumo para la alimentación, el grueso de los consumidores no comprende cabalmente lo que quiere decir el rótulo, en estos casos se hace más importante aún la educación, ya que estamos hablando de una cuestión de salud pública, derecho consagrado en el artículo 6 lit. A de nuestra Ley de Relaciones de Consumo, así como también por nuestra Constitución. En estos casos ya no hablamos de un perjuicio económico para el consumidor, hablamos directamente de uno de los bienes jurídicos más protegidos por nuestro ordenamiento.

Los expertos de medicina hablan de una epidemia de hipertensión y diabetes para el 2050, es por eso que es muy importante que los consumidores sean capaces de clasificar productos, comprender rótulos, y evadir publicidades engañosas que pretendan inducir a error respecto de la naturaleza, calidad, origen y precio de productos o servicios. Hay grupos de consumidores que son híper-vulnerables y necesitan una reglamentación especial ya que están más propensos a sufrir abusos o hacer un consumo que termine siendo perjudicial para su salud.

Plataformas hiperconectadas


Hoy en día tenemos plataformas hiperconectadas, como Google, Microsoft, Amazon que juntas tienen unos 5000 millones de usuarios aproximadamente que están todo el tiempo contratando y vinculándose con las grandes corporaciones del mercado electrónico, toda esta información se gestiona a través de inteligencia artificial o el fenómeno llamado Internet de las cosas. 

Debemos ser conscientes que la robótica y la inteligencia artificial están cambiando el abordaje de los consumidores a estos nuevos servicios y es fundamental estar preparados  ya que estos cambios van a producir efectos en la forma de obtener bienes y servicios. Debemos tener mercados ágiles y transparentes. Por ello debemos poner especial énfasis en esta materia consumerista, tenemos que estar permanentemente analizando el mercado para prepararnos para lo que viene, donde los cambios van a ser rápidos y bruscos. Tenemos que procurar tener mercados ágiles, transparentes y democráticos.
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