El lunes 1ro. de mayo se celebra el “Día Internacional del Trabajo”, una fecha de especial trascendencia que se observa en los más remotos lugares del mundo y que impone una pausa en la actividad productiva, resultando una instancia propicia para la reflexión de cada trabajador.
El trabajo bien hecho, no importa donde, especialidad o profesión, es la única herramienta que genera libertad, prosperidad y desarrollo para los pueblos.Para ello el escenario social necesita las condiciones, donde tiene especial significación la educación, que habilite sistemas de especialización, compromiso y acatamiento de las normas vigentes, teniendo siempre en consideración, que los obreros gozan de sus derechos pero
también de sus deberes.
En este día de recuerdo y homenaje a los “Mártires de Chicago “, los trabajadores asumen la condición colectiva que les es propia, fruto de cientos de años de luchas planteadas, pero además, postulan sus propuestas concretas a las exigencias sociales y económicas del momento.
El 1ro. de mayo es en regímenes democráticos y pluralistas, el día de la reafirmación de una identidad, y de la presentación solemnizada en fiesta, de derechos y reivindicaciones que se estiman legítimas.
En varias partes del mundo no gozan del beneficio de la libertad que los uruguayos tenemos, y por imperio de dictaduras gobernantes, las expresiones de los trabajadores están controladas y no son libres, tema que nos debe hacer reflexionar a los uruguayos ,para valorar y proteger el sistema democrático que nos rige.
Vivimos tiempos de contrastes entre civilización y reacciones de salvajismo; de afirmaciones de elevada inspiración espiritual y negaciones de la civilidad y el sentido de justicia; de sacrificios por ideales de solidaridad humana y de hechos que traducen, avasallamiento de la dignidad humana, hipocresía y mentira.
Debemos analizar en profundidad las medidas gremiales que se utilizan en la defensa de los derechos de los trabajadores, que de ninguna manera podrán afectar los grandes intereses del país.
Son tiempos de pérdida de valores donde en algunos sectores se prioriza lo negativo, el descreimiento y la confrontación, ignorándose el camino del diálogo franco y sin contaminaciones ideológicas. Pese a ello, en este país hay miles de ciudadanos que trabajan cotidianamente en silencio y sin intereses mezquinos, teniendo como meta el bienestar de su familia.
Son ciudadanos que gastan sus energías en la construcción de una sociedad basada en la fecundidad del ingenio humano, en la armonía social, sin depender de la voluntad de determinado sector político.
En el trabajo fecundo protegido por la vigencia del Derecho, sin halagos de corte demagógico ni escollos reaccionarios, habrá de apoyarse el escenario del futuro para los uruguayos que aspiran una sociedad mejor, pacífica y justa, gozosa de los bienes de la democracia.
