La responsabilidad de estos tiempos. Escribe Saúl Piña

0

Es muy común oír la aseveración de que todo tiempo pasado fue mejor. También las referencias a las épocas de oro siempre tienen relación a tiempos pretéritos, que rescatan del pasado formas de convivencia social que marcan la nostalgia de manera profunda.

Pensamos que todo es relativo y que el mundo ha cambiado de manera muy dinámica que resulta necesario buscar las maneras de poder adaptarnos a los tiempos que corren. Es bueno reconocer que también el presente y el futuro deparan sensibles cosas buenas y que pueden hacer pensar que la verdadera época de oro se ubique en el horizonte de lo porvenir. Tenemos que hacer funcionar a pleno esa facultad espiritual en la vida de los seres humanos: la esperanza.

Los avances técnicos y científicos han logrado avances muy importantes, haciendo más fácil la vida de la Humanidad. Sin embargo esto no es tan así, por cuanto se han visto deteriorados otros valores en la convivencia social; se plantean injustas guerras y graves conflictos con víctimas inocentes. El hambre, las enfermedades y la droga azotan muchos países del mundo, mientras se invierten millones de dólares en la fabricación de armamentos o de la construcción de naves para llegar al espacio, buscando lo desconocido, sin tener la capacidad de luchar contra lo malo conocido en la tierra. 

De todos modos los recuerdos del pasado además del sabor nostálgico que tienen, deben ser capitalizados, porque el pasado es buen maestro y muchas veces en él se inscriben formas de actuar y de pensar que si por motivos distintos fueron olvidadas, no se puede dejar de considerar que aún tengan total vigencia. No se trata de vivir con el espejo retrovisor; se trata de enfrentar las dificultades con el concurso de todos los ciudadanos, sin tener en cuenta su perfil ideológico, ya que en el caso de nuestro país, somos todos uruguayos, lo que marca un privilegio por lo que no pueden haber categorías ciudadanas.

Debemos asumir que las crisis no solo son la oportunidad del descanso para la conciencia, sino además para el regreso a lo esencial, y la oportunidad para el despertar activo y diligente de los espíritus de buena voluntad. Las crisis no deben ser excusas para enfrentamientos ideológicos con miras al poder, deben ser la oportunidad para pensar en iniciar el camino de transitar etapas de retorno a la meditación sobre lo esencial, como es el diálogo franco, la verdad, la honestidad, la solidaridad, la tolerancia y el trabajo como armas de movilización.

El Uruguay tiene un capital muy valioso que resulta fundamental en todo sistema democrático: los partidos políticos, cuyos dirigentes deben contar con inspiración moral, conducta sana y virtud puesta al servicio de ideales pulidos en diálogo con los ajenos.

En este tiempo de mentes efímeras, es bueno recordar que también en política solo dura lo que educa. Recordar que las generaciones futuras, tienen el derecho de recoger una herencia que les permita mejorar las condiciones de vida, en el marco de un sistema democrático y con justicia social.   IR A PORTADA 

Entradas que pueden interesarte