El mundo actual ofrece un panorama desde el punto de vista tecnológico que motiva un notorio mejoramiento en la convivencia de los pueblos. En la década del 50 llegó al Uruguay la radio portátil, promoviendo una especie de revolución, modificando el medio rural, al punto de que un caudillo político supo utilizar como herramienta de campaña a la querida “Spica”: nos referimos al recordado Benito Nardone.
Con seguridad la mayoría de los jóvenes duraznenses no saben que en nuestra ciudad funcionó la segunda radio del interior del país: nos referimos a “CW 25 Radio Durazno”, fundada el 25 de agosto de 1926, siendo su propietario Raúl H. Evangelisti, quien además armó todos los equipos, lo que en aquellos tiempos no era nada fácil.Fue Director de la emisora durante 42 años y tengo valiosas vivencias, como funcionario de la radio, recordando con nostalgia el ambiente de fraternidad establecido durante 11 años con mis compañeros de labor y los sabios consejos profesionales de Don Raúl.
Evangelisti llega desde Montevideo donde había nacido, a nuestra ciudad en el año 1920, abocándose al dictado de clases de violín y docente en la cátedra de Música en el Liceo “Rubino”, actividad que cumplió por 31 años.
Don Raúl sabía que el canto colectivo y la creación de masas corales, representa una bella y democrática expresión de la gente, más allá de las ocupaciones y clases sociales. La voz humana es instrumento para potenciar la amistad, el amor, la tolerancia y la fraternidad, que son valores que hoy habría que fortalecer.
En el año 1941 se presentó oficialmente el Coro de la “Asociación Amigos de la Música”, en la cancha de pelota del Club Uruguay, bajo la dirección del Dr. Ernesto Filippini. Esta asociación había sido fundada por destacados ciudadanos como Julio Giordano, el Dr. Filippini, Bautista Díaz González y también Evangelisti, quien fue un dilecto Director durante muchos años, dejando el recuerdo de compromiso y ética profesional.
Evangelisti fue fundador de coros en Trinidad, Paso de los Toros y Sarandí Grande, agrupaciones que funcionaron con marcado éxito, resultando un fenómeno de integración regional en el ámbito cultural, práctica que sería bueno recuperar.
La vida de Evangelisti fue de constantes desafíos, siendo un destacado ciclista y además empresario del cine, creando una sala en el año 1926, que funcionó por poco tiempo.
Se destacó también como radio-aficionado, por su labor en las inundaciones del año 1959, recibiendo una medalla de oro por parte de las autoridades nacionales.
Este hijo adoptivo de Durazno ofreció lo mejor de su persona en la promoción de la cultura y la educación, que son herramientas vitales y aliento espiritual, para mejor encarar nuestro tránsito en la aventura de la vida.