Este sábado 28 de setiembre, el Colectivo Durazno Feminista recordó la importancia de visibilizar y nombrar la violencia vicaria, una forma de agresión que instrumentaliza a hijas e hijos como medios para controlar y dañar a las mujeres.
Además de una tarjeta que invitaba para una concentración feminista en plaza Sarandí el sábado a las 18:00 horas, un comunicado de prensa destacó la necesidad de abordar esta violencia desde un enfoque colectivo, exigiendo la tipificación de la violencia vicaria como ley y el compromiso real del Estado para proteger a las infancias y adolescencias en situaciones de riesgo.Sábado 28 de setiembre de 2024
Es violencia vicaria
Asignar nombres a las formas de violencias es un acto de reconocimiento y de comprensión de la realidad social que vivimos, es un llamado para la reflexión sobre las causas más profundas que motivan el actuar, porque brinda un lenguaje sobre las experiencias para describirlas, abordarlas y condenarlas.
Un nombre, permite transformar un acto de agresión en un fenómeno que requiere de la atención e intervención colectiva. Nombrar a la violencia por su nombre es una invitación a profundizar la lucha contra ella. Es por este motivo que hoy pensamos sobre la VIOLENCIA VICARIA.
Es violencia instrumentalizada contra las mujeres a través de sus hijas e hijos.
Sin duda el asesinato de hijas e hijos es la expresión más cruda y extrema de esta forma de violencia, cuyo objetivo es el dominio y control sobre la mujer bajo una clara desigualdad en la relación de poder.
Pero la violencia vicaria también se expresa con acciones de violencia verbal, psicológica, física o sexual. Tiene muchas formas de manifestarse como, el abandono de las infancias frente a la separación de la pareja; no pagar la cuota alimentaria; no intervenir en la co-crianza y desarrollo; generar situaciones de tensión cuando se busca a los niños; insultar, menospreciar o humillar a la madre; amenazar con la quita de la tenencia.
¡TAMBIÉN SON FORMAS DE VIOLENCIA Y ESTAS ESTÁN SOCIALMENTE NORMALIZADAS!
La violencia vicaria cuenta con la complicidad de una sociedad que cuestiona de forma constante a las mujeres, que las priva de autoridad y pone en duda su palabra.
Las madres son siempre sospechosas, en cuanto no prevén la violencia del padre, o cuando logran visibilizar la violencia e intentan protegerlos. Muchas veces son acusadas de mentirosas o exageradas, recurriendo a la conceptualización del falso “Síndrome de Alienación Parental”, siendo este un concepto que no tiene ningún tipo de aval técnico y científico.
Nos preguntamos una y otra vez ¿Por qué dañar a las infamias?¿Por qué encuentran en el daño a las infancias un vehículo para lastimar a la mujer? Generando daños irreparables como es cargar con la muerte de sus hijas e hijos por el resto de su vida.
¡LAS INFANCIAS Y ADOLESCENCIAS NO PUEDEN SER OBJETOS SINO SUJETOS DE DERECHOS!
Nuestra preocupación y alerta surge de datos de la realidad:
- En Uruguay, en los últimos 10 años, han sido 22 infanticidios vicarios.
- Ya van 14 en los últimos 5 años desde 2020 a 2024, y fueron 8 en los 5 años
anteriores de 2014 a 2019.
¡Esto va en aumento y es alarmante! ¿Cómo protegemos a las infancias y adolescencias en estas situaciones?
Necesitamos seguir construyendo un entramado social sensible a la problemática. Y para ello es urgente y necesario el compromiso de todos los actores sociales (tanto públicos como privados) para un abordaje serio y transformador.
Debemos integrar a la violencia vicaria como una forma de violencia sobre la que se pueda reflexionar y legislar, para encontrar mecanismos efectivos que logren prevenir sus consecuencias, y la peor de sus expresiones: los infanticidios.
Y con esto, el histórico reclamo, las legislaciones vigentes no se logran ejecutar mediante políticas públicas sin financiación. El Estado debe proveer recursos económicos para que las Instituciones y la sociedad toda, acceda a la formación especializada, encuentre espacios de contención y solución.
Debemos exigir la salida del plano discursivo para que se ejecuten con eficacia las acciones en territorio. Para ello es necesario URGENTE FINANCIACIÓN!
La violencia vicaria es real y necesitamos que sea tipificada como ley, no sólo como violencia feminicida, sino que se le preste real importancia a las infancias como sujetos de derecho. ¡Estos asesinatos son infanticidios vicarios!
Como integrantes de la sociedad es nuestro deber generar mecanismos de concientización y compromiso, no podemos seguir naturalizando la violencia y mirando para el costado, tenemos que ser responsables y tomar acción ante la injusticia.
¡CON LAS INFANCIAS Y LAS ADOLESCENCIAS NO!
¿Vamos a seguir con los brazos cruzados? ¿No será hora de dejar el individualismo de lado y pensar colectivamente qué realidad queremos construir?
La marcha hacia la concreción de la utopía siempre será aquella que nos encuentre acompañándonos, sensibles ante el dolor de otras; responsables en los lugares que ocupemos, habitando de manera amorosa y empática.
Visibilizar la dimensión injusta de la realidad es un deber de todas para con quienes han sido afectadas y víctimas de cualquier expresión de violencia. Luchar por ello, es el camino para la concreción de una sociedad más humana y mejor. Esto ha sido un trabajo conjunto de distintas Colectivas Feministas de todo el territorio Nacional.