El 9 de setiembre se cumplen 42 años del fallecimiento de un hijo adoptivo de Durazno, que fue sembrador de valores, dejando en su rica trayectoria como hombre y como docente, un ejemplo generoso y de gran contenido humano.
Nos referimos al Ing. Agrónomo Ulises Ordaz, un ciudadano ejemplar nacido en Minas pero radicado en Durazno. Fue el primer Director de la Escuela Agraria, cargo que ocupó con grado de apostolado, desarrollando una labor docente de elevados quilates. Por iniciativa del Club de Leones, esta dependencia de UTU fue designada con su nombre.Ordaz fue además, un calificado profesor por muchos años en el viejo Instituto Magisterial, donando su sueldo para la adquisición de libros. Integrante de la Comisión Municipal de Huertas Familiares, recorría decenas de huertas en su vehículo sin pedir el aporte para el combustible.
Ulises tenía la capacidad de identificar una docena de especies de plantas y yuyos en un metro cuadrado de terreno. Con un profundo conocimiento de los fenómenos climáticos, llevó por años una gráfica diaria de la temperatura y de los índices de lluvia. Durante su función como Director de la Escuela Agraria, habitual que los recursos financieros demoraban, lo que afectaba el normal funcionamiento del centro docente. Ordaz ponía de su bolsillo para la compra de insumos.
Fue un ciudadano muy particular, amable, estudioso, hizo de su biblioteca el centro de su vida. Era un placer escucharlo, cada palabra suya era producto de la experiencia de vida. La Naturaleza y sus fenómenos eran la razón de su existencia.
Fue un hombre de fraternidad plena con un elevado sentido de humanismo y ética; con el privilegio de que nunca se dejó tentar, por las siempre atractivas pasiones de los cargos y de los títulos, siendo enemigo del fatuo oportunismo.
Sufrió la injusticia y la intolerancia de un tiempo muy difícil, pero sus valores personales lo han ubicado en el mejor recuerdo de la historia, sitial que otros nunca lo lograron.
El Ing. Ulises Ordaz sigue vigente en el corazón de todos quienes tuvimos el privilegio de conocerlo, porque nos dejó el valioso legado de haber cumplido su responsabilidad en la vida, con rectitud y amor solidario por sus semejantes.
