“No hay un metro que mida la importancia, pero si lo es para uno, tiene que serlo para el Gobierno”, aseguró el presidente Lacalle Pou al entregar las llaves de 10 viviendas a participantes de Mevir en Paso de los Mellizos, Río Negro, sitio que visitó en febrero de 2019. “Cada vez que venimos a estos lugares nos vuelve a la memoria el compromiso. La determinación y la acción política tienen cara, corazón, nombre y pago”, dijo.
El presidente de la República, Luis Lacalle Pou, encabezó el acto de inauguración de un plan de viviendas de Mevir en Paso de los Mellizos, departamento de Río Negro, que lleva el nombre de María Aurora Velázquez Díaz, Doña Aruca. También participaron el titular de la institución, Juan Pablo Delgado; el ministro y el subsecretario de Vivienda y Ordenamiento Territorial, Raúl Lozano y Tabaré Hackenbruch respectivamente, y el secretario general de la Intendenta de Río Negro, Pablo Flores, entre otras autoridades.Se trata de 10 viviendas construidas de forma tradicional, bajo la modalidad de ayuda mutua, en una localidad de 300 habitantes. Con ellas, se cubre la totalidad de la demanda del lugar. La edificación incluye paredes dobles y dispone de calefactores y calefones de alto rendimiento. Recientemente, la Facultad de Ingeniería reconoció estas viviendas como eficientes desde el punto de vista energético, de alta calidad constructiva y habitabilidad. La inversión ronda los 700.000 dólares.
Lacalle Pou recordó una visita que efectuó al pueblo el 26 de febrero de 2019, oportunidad en la que se reunió con un grupo de vecinos, quienes le expresaron sus necesidades, anhelos y tristezas. “Sentí mucha conexión con lo que necesitaban y no estaban recibiendo”, dijo. “Vine a mirarlos a los ojos, apelé a la confianza, y tenía que volver”, agregó, en alusión al evento de esta jornada.
“No hay un metro que mida la importancia, pero si lo es para uno, tiene que serlo para el Gobierno”, consideró. Al respecto, celebró que toda una comunidad se alegrara de que a otro le fuera bien, porque se trata del progreso de todos.
“Cada vez que venimos a un lugar de estos, nos vuelve a la memoria el compromiso. La determinación y la acción política tienen cara, corazón, nombre y pago. Nuestra tarea es que puedan desarrollar su vida, tener más prosperidad, puedan cumplir sus sueños y que, en el balance, sean felices”, sostuvo, y agregó que si, bien una casa no hace la felicidad, sabe “lo importante que es para cualquier familia tener el rancho propio, poder estar abrigado en invierno, fresquito en verano y poder cuidar a los suyos”.
Los participantes de este plan pagan una cuota subsidiada del entorno del 80%, gracias al esfuerzo de las familias, el Gobierno nacional y todos los ciudadanos con sus impuestos, destacó Delgado. “Les cambia la calidad de vida”, añadió. En ese sentido, habló del arraigo de estas personas a una zona rural, que eligen vivir en esa comunidad, donde están sus seres queridos y sus trabajos.
Asimismo, explicó que hace casi 30 años que la entidad no desarrollaba planes de viviendas en Paso de los Mellizos. “Si no llega Mevir a estos lugares, difícilmente otra gente llegue”, enfatizó. Insistió en la relevancia de atender todas las situaciones, “no solo las áreas metropolitanas, ni las capitales departamentales, sino también las localidades del interior profundo”, porque deben acceder a los mismos derechos. “No es solo la vivienda, es la presencia del Estado, es trabajo social, y eso la comunidad lo recibe de brazos abiertos”, expresó.
Lozano, en tanto, señaló la labor del Gobierno en materia de vivienda, rutas, puentes y caminos. Mencionó las soluciones habitaciones entregadas mediante el plan Avanzar y con Mevir, entre otros mecanismos de lograr el techo propio, tan valioso para las personas.
Durante el acto, el presidente y demás autoridades recorrieron las viviendas, cortaron una cinta y entregaron las llaves de las casas a las 10 familias participantes. El cuerpo de baile del Sodre los acompañó con una actuación. También se descubrió una placa en homenaje a Doña Aruca, ya que el plan habitacional se denomina así porque ella donó el terreno. Además, integró la organización sin fines de lucro Manos del Uruguay y, gracias a su experiencia, les enseñó tejido a muchas vecinas, brindándoles herramientas para una salida laboral. IR A PORTADA