La fórmula presidencial de la Coalición Republicana, encabezada por Álvaro Delgado y Valeria Ripoll, llegó a Durazno este martes para un encuentro con la prensa, acompañada por líderes de la coalición, entre otros, Andrés Ojeda, Pablo Mieres, Eduardo Lust y Guido Manini Ríos.
En el marco de la recta final hacia el balotaje del próximo domingo 24 de noviembre, las críticas al Frente Amplio dominaron el evento, con un enfoque en temas sociales, de seguridad, economía y políticas laborales.Delgado subrayó la importancia de respetar la voluntad popular, mencionando la reciente reforma de la seguridad social aprobada bajo el actual gobierno. Señaló que dicha reforma, construida a partir de amplias consultas a sectores sociales, garantiza la sostenibilidad del sistema, permite a los jubilados continuar trabajando y protege el ahorro individual de los ciudadanos.
El presidenciable fue enfático en su oposición a lo que considera intentos del Frente Amplio por deshacer o modificar esta reforma, la cual, según él, cuenta con un fuerte respaldo popular.
“La voluntad popular es sagrada y no se puede alterar mediante atajos. La gente ya se expresó, y el 60% rechazó cambios en su momento. No vamos a permitir que se ignore esa decisión para satisfacer intereses partidarios”, afirmó Delgado. Según él, el Frente Amplio estaría buscando introducir modificaciones que, en su opinión, pondrían en riesgo la estabilidad del sistema de seguridad social al eliminar la autonomía de los ahorros individuales.
Durante la conferencia hubo críticas a las políticas laborales del Frente Amplio. Se cuestionó la reciente firma de un acuerdo con el sindicato policial y con el sector de la salud pública. Se dijo que algunos sindicatos, influenciados por el Frente Amplio, han generado un “préstamo limpio” que, en lugar de resolver la situación de los trabajadores endeudados, los ha vuelto a situar en un ciclo de endeudamiento. Para la coalición, esta es una estrategia mal diseñada que no ofrece beneficios reales a los trabajadores y que sólo refuerza el problema económico.
“Es inaceptable que se sigan utilizando los mismos métodos que el Frente Amplio empleó antes del balotaje pasado: movilizar sindicatos y empleados estatales para hacer campaña abierta. Además, muchos de estos dirigentes forman parte de listas y sectores del Frente Amplio, por lo que su imparcialidad está en entredicho”, expresó Valeria Ripoll. Destacó que esta práctica no solo es engañosa, sino que también debilita la confianza en las instituciones que representan a los trabajadores.
Andrés Ojeda, otro de los referentes presentes, se sumó a las críticas y calificó de “hipocresía” la reciente postura del Frente Amplio hacia los derechos policiales, un sector que, según él, “históricamente ha sido menospreciado por la izquierda”. Destacó que el gobierno actual ha impulsado significativas mejoras para los efectivos policiales, incluyendo un aumento salarial del 11% en un contexto de crisis económica, además de establecer programas de apoyo en salud mental y un fondo de vivienda específico para el cuerpo policial.
“Es fácil prometer aumentos y beneficios en tiempos de bonanza, pero este gobierno ha logrado mejoras en un contexto difícil. Los policías han recibido aumentos y un reconocimiento especial por su labor durante la pandemia, cuando la sociedad más necesitaba de su esfuerzo. Nos duele que el Frente Amplio busque capitalizar políticamente el trabajo de personas a las que históricamente ha despreciado”, afirmó, enfatizando su compromiso con defender los derechos de los trabajadores hasta el último día de la administración.
Finalmente, Eduardo Lust apuntó a lo que considera una falta de claridad en el programa de gobierno del Frente Amplio. Señaló que, mientras los líderes de la coalición oficialista han presentado sus propuestas con transparencia, el Frente Amplio no ha definido un plan de acción concreto para el próximo período. Calificó esta situación de preocupante, y criticó la aparente ambigüedad del partido opositor al respecto.
“En cada acto o declaración pública, el Frente Amplio ofrece un discurso diferente sobre sus planes. No han sido claros con el electorado, y eso es un riesgo para el país. Si quieren gobernar, deben mostrar un programa sólido y no basarse en promesas vagamente estructuradas”, argumentó, sugiriendo que esta falta de definición podría restar credibilidad a sus promesas.
La campaña de Delgado y Ripoll se centró, así, en la defensa de la continuidad y estabilidad en las políticas sociales y económicas implementadas por la coalición, con énfasis en la necesidad de preservar las reformas recientes y evitar retrocesos. Con un llamado a los votantes de Durazno y el resto del país, ambos candidatos cerraron la conferencia con un mensaje enérgico sobre la importancia de una elección informada y de mantener el rumbo del país.