El valor de la producción rural. Escribe Saúl Piña

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La despoblación de la campaña no es nueva en nuestro país, ya que en el año 1786, se propusieron soluciones en el memorial de Antonio Pereyra, presentado al virrey de Portugal Miguel Melo en 1794; en el Plan de Joaquín de Soria, de 1800; en la Memoria de Félix de Azara, de 1801; en el Plan de Miguel de Lastarria, de la misma época; en el Plan de Jorge Pacheco, de 1808 y en el Reglamento Provisorio de Artigas, de 1815.

Como se aprecia este es un tema de vieja data que con el transcurso de los años ha tomado dimensiones que hoy son una realidad que merece especial atención. Dentro de los motivos que producen el desplazamiento familiar desde la campaña a los centros urbanos, se destaca la búsqueda de mejores fuentes laborales que posibiliten una vida decorosa con el goce de elementales servicios.

Desde el fondo de la historia, la tradicional familia rural ofrece una condición que los acredita y los destaca. Su fe en el trabajo y su constante esfuerzo desafiando el condicionamiento que impone el clima y los mercados, para con su entusiasmo, contribuir con el desarrollo del país. Tenemos que reconocer que en estos últimos años se ha cumplido un programa de asistencia al medio rural, concretado en electrificación, caminería y viviendas, lo que contribuye al mejoramiento de la vida de la familia rural de pequeños establecimientos.  

**IMPORTANCIA DEL AGRO**  
La Madre Naturaleza ha sido generosa con este país, brindando excelentes condiciones para la producción agropecuaria, ya que se trata de alimentos, que son requeridos en todo el mundo. El agro ha tenido siempre importancia como base esencial de nuestra economía y ocupa un espacio de particular jerarquía, tanto por su cantidad y también su calidad. Se dice que la carne producida en campos naturales es muy superior a la de animales que se crían en cautiverio. 

Durazno tiene el particular privilegio de contar con una institución que resulta un ejemplo a nivel nacional. Se trata de la Sociedad Rural de Durazno, que fue fundada el 10 de marzo de 1910 por un calificado grupo de dinámicos productores, al punto de que ya en marzo de 1913, se organizó la 1ra. Exposición en el local de Santa Bernardina, con marcado éxito, siendo el inicio de una trayectoria que ha podido sortear situaciones de extrema dificultad, pero que ha salido adelante, merced a la vocación de superación y compromiso con el trabajo, que tradicionalmente ha tenido la familia campesina. 

Esta tradicional exposición tiene particular importancia y su prestigio supera los límites del país, ya que se conoce en Argentina y Brasil, al punto de que se le denomina como “Antesala del Prado”. El local de Santa Bernardina es oportunidad para exponer la producción de la cabaña de todo el país, comprobándose los avances de la genética y del silencioso trabajo que se cumple durante todo el año, en lo que podríamos denominar “el laboratorio del agro”. 

Es oportuno recordar, que de cabañas de Durazno han surgido campeones mundiales en la raza Hereford, lo que establece la genética, el nivel y el compromiso de los técnicos y especialistas en temas de investigación veterinaria. 

Del 6 al 9 de marzo del próximo año, las instalaciones del local de la Sociedad Rural en Santa Bernardina, vestirán sus mejores galas, en lo que será una verdadera fiesta del trabajo, al cumplirse la 111º “Expo Durazno”, con la presencia de reproductores de muchas cabañas del país, maquinaria agrícola, artesanías; completándose con charlas sobre los avances tecnológicos relacionados con la producción agropecuaria. 

Desde que Hernandarias introdujo la ganadería en estos pagos y que la mano del hombre depositó semillas en la fértil tierra, el suelo retribuyó de forma generosa, la esperanza y el esfuerzo de los que creyeron en su actitud. 

Es en las familias que aún están radicadas en el interior campesino, donde se encuentra la esencia que resiste la acción del tiempo y preserva la identidad de la realidad uruguaya, valor que nunca debemos perder.

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