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El 19 de febrero de 1917, pasó a la eternidad un personaje muy especial, que por la calidad de sus obras teatrales, dejó una marca indeleble de su paso en lo literario, en lo intelectual, pero también en lo sentimental. Se trata de Ernesto Herrera (Herrerita).
Nacido en Montevideo en 1887, su infancia y juventud fueron permanente lucha contra la miseria y las consecuencias del asma que siempre lo acosaron, factores que fueron fundamentales en su inspiración de excelentes cuentos, publicados en el libro: "Su Majestad el Hambre". Con tan solo treinta años, ya su nombre había adquirido gran importancia en el escenario literario del país. Autor de obras que le dieron fama, como: "El Estanque", "El León Ciego" y la "Moral de Misia Paca". Fueron obras consagratorias de su talento, dramas vigorosos de una realidad nacional y platense que el autor captó en trazos plenos de humildad y en los que hacía palpitar sus anhelos de renovación y rebeldía popular.Herrerita viajó por todo el país integrando compañías de teatro, radicándose por largo tiempo en Durazno, donde mantuvo una estrecha vinculación de relación espiritual con Acacia Shultze, dama integrante de la alta sociedad duraznense por ser sobrina del Gral. Galarza. Los nobles sentimientos de Acacia hicieron que, fallecido “Herrerita”, acogiera a su pequeño hijo Barret, cuya madre había fallecido. El destino hizo posible que Barret heredara de su padre el arte de la pluma, siendo luego un destacado periodista.
Las obras de “Herrerita” adquirieron particular destaque, motivando que el gobierno lo enviara a varios países como Embajador Cultural. Al igual que Florencio Sánchez, cultivó un estilo bohemio y supo enfrentar las serias carencias materiales que la vida le puso, con la riqueza de su templo interior, lo que resultó fundamental en la inspiración y le otorgó fuerza y vigor para sus exitosas obras.
En lo que resulta una ironía del destino, el 19 de febrero de 1917, cuando su vida se apagó en el hospital “Ferreira”, se iniciaban las fiestas de Carnaval en Montevideo.
El diario “La Razón” ante el fallecimiento decía: “Con Ernesto Herrera pierde el teatro rioplatense a un vigoroso temperamento de escritor; el espíritu sensible y penetrante que en el ‘León Ciego’ supo sentir con tan honda penetración, el gran problema sociológico que la política criolla plantea a su país”.